Lecciones aprendidas con el tiempo

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Alcanzar a los perdidos fue más importante que el dinero

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En la década de 1970 el dinero era escaso para mis padres, Gilberto y Elizabeth Pérez. Pastorear una pequeña Iglesia Menonita Hispana de South Texas les trajo grandes beneficios pero también grandes sacrificios. Siendo un matrimonio joven de unos veinte y tantos años de edad con dos hijos menores, a menudo sentían presión financiera. Las experiencias de esos años tempranos les aportaron lecciones muy valiosas que todavía les son útiles. Esas lecciones de vida que fueron formativas para ellos, son las que pudieron luego compartir con su familia, comunidad y otras personas.

“No teníamos mucho en aquellos tiempos, pero estábamos muy ocupados planeando una iglesia, criando a nuestra familia, y formando contactos en nuestra comunidad”, dice Gilberto. Siendo pastores jóvenes, su preocupación era sobre todo alcanzar a los perdidos y tender puentes en lugar de ahorrar dinero. Su casa siempre estaba desbordante de personas de todas las condiciones sociales. En un almuerzo típico del domingo podía haber obreros de servicio voluntario menonita, miembros de la iglesia, adolescentes con problemas, misioneros, o hasta músicos. Una cosa que recuerdan bien es que cuando comenzaron, la Conferencia South Central reservó un paquete de dinero destinado a ayudarles a financiar y llevar a cabo su llamado. “Uno de los beneficios pastorales que en aquel tiempo no entendimos totalmente fue que South Central enviaba cierta cantidad de dinero para nuestra jubilación a Mennonite Mutual Aid durante nuestros 15 años de trabajo pastoral en Robstown. Cada pocos meses, recibíamos un informe financiero de parte de MMA. Aunque no entendíamos del todo el significado de estos fondos de ahorro y jubilación, sabíamos que era importante”, dijo Elizabeth.

Perez couple cooking together

Gilberto y Elizabeth Pérez están agradecidos que algunas de las decisiones financieras que tomaron hace años les han dado una jubilación más agradable.

Con el pasar del tiempo ellos no pensaron mucho en ahorrar. “Con dos hijos adolescentes, todo lo que podíamos pensar era en sobrevivir con lo que teníamos”, dijo Gilberto. “Continuamos invirtiendo mucho de nuestro tiempo en formar vínculos con personas de nuestra comunidad, pero las deudas crecían gradualmente. Empezamos a usar el crédito de los grandes almacenes para comprar los uniformes escolares de los chicos y los regalos de Navidad todos los años. Pagábamos esos créditos en las cuotas mínimas sin darnos cuenta de lo perjudicial que resultaba”, dijo Elizabeth. Gilberto dice que en este tiempo, Elizabeth, que hasta ese momento se había quedado en casa y acompañaba a Gilberto en su visita a los hogares, ahora tuvo que trabajar a tiempo parcial para ayudar a pagar las cuentas.

Durante esos años difíciles, Gilberto y Elizabeth confiaban en que Dios les ayudaba a tomar las mejores decisiones y trabajaban fuerte para pagar sus deudas. “Una lección grande que aprendimos fue que el crédito no era el mejor camino. Era útil solo temporalmente para resolver el problema, pero con efectos prolongados. Tuvimos que sacrificar mucho en esos años”, dijo Elizabeth.

Cuando los chicos estaban por ingresar a la universidad, la familia se trasladó a Florida. Ahora, a sus 50 y tantos años, el tema de la jubilación estaba mucho más próximo. Con nuevos trabajos en un Centro Menonita de Sarasota para jubilados y asistencia geriátrica, ambos empezaron a hacer aportes a un plan 401 K que su empleador ofrecía. Elizabeth dijo que cada vez que había un aumento, pedían a su empleador que colocara ese aumento en el plan de jubilación 401 K. Esto les permitió hacer un ahorro en el que nunca habían podido pensar anteriormente.

Por medio de Southeast Mennonite Conference, Gilberto y Elizabeth tomaron cursos y participaron en seminarios y talleres sobre la importancia de ahorrar para jubilarse, invertir y donar, auspiciados por MMA/Everence. Dicen ellos que esos seminarios y talleres los motivaron a seguir aprendiendo cómo ahorrar dinero y cómo ser de ayuda para la vida de otras personas. Siendo pastores en Inmokalee, Florida en los años 90, Gilberto y Elizabeth pudieron ayudar financieramente a una madre sola de 7 hijos que estaba pasando por un momento muy difícil. Pudieron cuidar a 3 de sus niños en cada fin de semana durante un par de años. Vicky, Rudy, y Letty son adultos ahora, pero todavía se mantienen en contacto con ellos y los llaman abuela y abuelo. Compartir su amor, tiempo y recursos fue una inversión que hizo todavía más profundos su llamado y su fe.

Cercando jubilación, conociendo a Everence

Después de trasladarse de nuevo a Sarasota y aproximándose su jubilación, comenzaron a reunirse con sus consejeros financieros de Sarasota Everence para revisar sus finanzas. “Doug nos ayudó a estudiar nuestro presupuesto y finanzas y a planear reuniones periódicas para conversar con él antes de jubilarnos. Nos hizo preguntas complejas y nos llevó a pensar mucho para cuestionar nuestros hábitos de consumo mientras nos preparábamos para jubilarnos”, dijo Elizabeth.

Cada vez que entran en la sucursal de Everence en Sarasota, dicen que se sienten como en familia. “Ellos nos conocen por nuestro primer nombre y nos hacen sentir bienvenidos cuando llegamos”, dice Gilberto. Apreciaron mucho los momentos que cada consejero se tomó para conversar con ellos a través de los años para educarlos en cuanto al uso del dinero. En una reciente reunión anual, su consejero financiero, Kjell, Director Regional de Everence, les preguntó si habían hecho un testamento. Cuando contestaron que no, les explicó los beneficios de contar con uno. “Agradecemos el tiempo que dedicó a hablarnos y ayudarnos a tomar una decisión”, dijo Elizabeth.

Ahora en sus 70 y tantos años de edad y totalmente jubilados, Gilberto y Elizabeth están activos todavía en su iglesia local, son voluntarios en su comunidad, viajan, y continúan siendo creativos en sus donaciones. Ahorrar dinero para la jubilación les ayudó a continuar sirviendo y viviendo su camino de fe. Ambos sirven en su iglesia como maestros de Escuela Dominical, y líderes de estudio bíblico en el hogar. Elizabeth colaboró durante años como promotora de Everence en su iglesia. Lee, un representante de Relaciones de Everence con las Iglesias y Servicios de Caridad en Sarasota, la animó mucho cuando sirvió como promotora. “Me encanta pararme al frente de la congregación para informarles sobre los diferentes programas y beneficios que Everence tiene para ofrecer. Hace un par de años, la nieta de uno de nuestros miembros fue atropellada por un auto y estaba en coma. Ellos equipararon la donación de nuestra iglesia para ayudar a pagar la atención de Dalia. Fue un gran testimonio acerca de lo que Everence hace para nuestras iglesias y comunidad", dijo Elizabeth.

Siendo ahora abuelos de adolescentes, sus nietos piensan mucho acerca de ahorrar y han sido aconsejados sobre el tema. “Cada uno de nuestros 6 nietos es diferente, pero queremos que ellos aprendan a ahorrar dinero, que tengan una buena educación y que se preparen para el futuro, para que puedan ser usados por Dios en cualquier área que él haya planeado para ellos”, dice Elizabeth.

Gilberto y Elizabeth también retribuyen siendo voluntarios semanalmente en la residencia de ancianos donde Elizabeth trabajó, ayudando a los residentes en sus actividades. Gilberto recientemente dirigió un estudio sobre la risa basado en Génesis 21:6. Se puso una nariz y unos lentes de payaso e invitó a los residentes a pasar un rato divertido con él. Devolviendo parte de su tiempo durante su jubilación mantiene encendida la luz de Jesús en ellos.

En un viaje al sur de Texas hace unos años, Gilberto y Elizabeth alentaron a una iglesia que recién comenzaba, a pensar en salir de su garaje y levantar un edificio para la iglesia. Empezaron enviándoles una ofrenda para el fondo de edificio, y este año terminaron su proyecto de edificación. “Sabemos que nosotros fuimos solo una pequeña parte del proyecto, pero nos hizo bien saber que por haber hecho ahorros por el camino, pudimos ayudarlos”, dijo Gilberto.

Ellos están agradecidos porque las lecciones de la vida recibidas les enseñaron una cosa o dos acerca del dinero y cómo devolver algo a otros de diferentes maneras. Su propósito es bendecir a otros con la historia de su vida. “Nunca es demasiado tarde para ahorrar”, dijo Gilberto.

Alma Ovalle es una esposa, madre de tres jóvenes, una profesora de español para K-12 en Sarasota Christian School y una escritora. Se siente bendecida por el buen ejemplo de sus padres en su caminar con Jesús.
Everence
Author Alma Ovalle

Ahorros de jubilación para pastores

Desde 1963, Mennonite Retirement Trust ha ayudado a pastores y a empleados de organizaciones religiosas a ahorrar para su jubilación.

Lanzado en 2015 por la Iglesia Menonita Hispana, Jubileo Ministerial es un programa que ayuda a congregaciones a contribuir a planes de retiro para pastores. Everence proporciona una subvención para el programa.